miércoles, 1 de octubre de 2014

El Sonrisa de Narciso


Te vi  por primera vez en un campeonato al que acudí un domingo al mediodía  en un cine del centro.  Yo tenía entonces 15 años y no estaba muy seguro de que era lo que me había llevado allí. Recuerdo que el viernes anterior había encontrado en la sección deportiva una foto que me llamó la atención (un deportista en posición de doble bíceps parado al lado de un trofeo) y a su lado un  pequeño articulo indicando que se realizaría un torneo de fisicoculturismo. No sé decir qué fue lo que me hizo tomar nota de la hora y del lugar e ir, ni siquiera sabía entonces que significaba fisicoculturismo; tal vez fue curiosidad, tal vez fue algo más pero sí sé que al verte entre  los concursantes sentí una extraña mezcla se emociones, una confusa combinación de deseo y envidia. Comprobé con sorpresa que la visión de tu cuerpo musculoso me excitaba pero me tranquilicé pensando que lo que sentía en realidad era admiración, que lo único  que yo quería era llegar a  tener un cuerpo igual al tuyo, un cuerpo que  me hiciera sentir tan  poderoso y masculino como tu te veías sobre el escenario. No sé, tal vez creí  en ese instante, que si lo lograba podría ser como los héroes de  los comics con sus músculos enormes y delineados que los hacían tan desconcertantemente atractivos para mí.

Ganaste aquel campeonato con facilidad. A partir de ese momento te transformaste en el símbolo de todo lo que yo quería llegar a ser. Me di cuenta que era posible tener un cuerpo como el de Rick Jones, Clark Kent o Peter Parker sin necesidad de haber nacido en otro planeta o haberse expuesto a los rayos gama. Tú eras la prueba de que ese anuncio que aparecía en muchas contratapas ofreciendo cursos por correspondencia para desarrollar los músculos, decía la verdad.

Te volví a ver unas semanas después, cuando me inscribí en un gimnasio y resultó que tú  trabajabas  como instructor allí. Me convertí  en tu discípulo y también en tu amigo. Puse todo mi empeño y dedicación cumpliendo las rutinas en el gimnasio, siguiendo tus consejos sobre dieta y estilo de vida, tomando los suplementos que indicabas. Luego de unos meses sentí que el éxito estaba a mi alcance. Por fin había encontrado algo que realmente me gustaba y en lo que podía destacar. Todos decían que yo tenía lo necesario para ser un futuro campeón.

El gimnasio se convirtió en el único lugar en donde era feliz, en donde mi afición por la perfección física no era vista con malicia o con desdén. Nunca había tenido amigos hasta ese momento, amigos de verdad, que me respetaran y entendieran, amigos como tu.

Pero la intimidad que surgió poco a poco entre nosotros y el contacto físico inevitable durante los entrenamientos, provocaron que crecieran y se hicieran claros dentro de mí los sentimientos que había experimentado  tan confusamente cuando te vi por primera vez en el cine. Ya no podía negar que la admiración  que sentía por ti, era en realidad una atracción erótica y cada vez se hacía más difícil luchar contra la excitación (y su manifestación física evidente entre mis piernas)  cuando  tomabas mi cintura para ayudarme a realizar otra repetición en la barra alta, o sujetabas mis brazos al hacer un press. El sueño se volvió una pesadilla, parecía que ellos tenían razón  cuando se burlaban, yo no era un deportista, era simplemente un maricón al que le gustaban los hombres musculosos.  Por eso, decidí  alejarme. Me avergonzaba que  pudieras  darte cuenta de lo que yo sentía. Me avergonzaba sentir lo que sentía.

Mi alejamiento  te pareció una traición, una muestra de debilidad imperdonable. Sentiste rabia por haberte  equivocado, rabia   por haber malgastado  tu tiempo y dedicación en mí. "Jamás llegarás a ningún lado" sentenciaste, "No tienes madera de campeón, nunca serás como yo" agregaste con desilusión.

Sin embargo, no renuncié completamente, seguí adelante entrenando por mi cuenta, continué  preparándome  en la soledad del gimnasio que instalé en mi habitación, analizando cada ángulo de mi cuerpo en los espejos que hice colocar en las paredes, enfocando toda mi energía hacía un único objetivo: lograr un cuerpo perfecto, un cuerpo que despertara tanta admiración por su rotunda masculinidad que acallará las dudas, todas las dudas, en especial las mías. Ahora, poniéndolo en perspectiva, podría decirse que quería que mi cuerpo fuera como el tuyo porque, al fin y al cabo esa era una manera de poseerte o de que tú me poseyeras.

Pasó el tiempo y llegó el día  en que  sentí que era momento de probar  cuanto había  avanzado y di el siguiente paso: me inscribí en un campeonato. Aquí tenemos pocos así que sabía que era muy probable que tú también participaras, siempre lo hacías y, siempre habías ganado hasta ese momento.

Saber que competiría contigo me atemorizaba y estimulaba a la vez, pero pensé que para mí entrar en la competencia significaba mucho más que simplemente  pararme frente al jurado para que me midan y comparen, significaba  la ratificación de que estaba en el camino para  alcanzar la meta  que me había propuesto, en la senda que me llevaría a lograr el objetivo al que había dedicado mi vida  durante  más de tres  años.

Cuando se inició el certamen y todos  los participantes desfilamos frente al público me sentí abochornado e incomodo... era la primera vez que me exhibía casi desnudo frente a tanta gente, la primera vez desde que me había alejado de ti, que tenía alguien más que al espejo como juez. Pero, cuando empecé a sentir las miradas de la platea y pude oír sus aplausos me deslicé por un vórtice de  emociones desconocidas. Su admiración fue como una droga, como  un potente estimulante que me hizo sentir  seguro y confiado como nunca antes me había sentido. Me sentí poderoso y deseado, ya no sentía ninguna turbación ni incomodidad, no, todo lo contrario, quería que todos me vieran, quería que todos quedaran deslumbrados por la perfección y la fuerza que había logrado dar a mi cuerpo. Comprendí de pronto  porqué todos los superhéroes usan esas ajustadas mallas. Mostrar un cuerpo atlético y vigoroso te da una sensación de superioridad, una sensación de poder frente a aquellos que ocultan con vestidos su imperfección física, su delgadez o su gordura. Por eso me exhibí con orgullo, como ellos.

Clasifiqué sin problemas para la final. Cuando llamaron a la presentación de todos los finalistas, nos vimos por primera vez  cara a cara. A partir del momento en   que nuestras miradas se encontraron, quedó establecido el desafío  fue como si  el concurso fuera  únicamente entre  tu y yo, los demás ya no importaban.

Parados, uno al lado del otro, tu espalda parecía tan amplia como la mía, mis pectorales se veían tan grandes como los tuyos, nuestros abdominales  igualmente definidos. Parecíamos reflejos de una misma imagen,  prácticamente idénticos.

En algún momento, mientras los dos tensábamos los músculos sobre el escenario, tu manera de mirarme cambió y pude notar una sonrisa de satisfacción esbozada sobre tu rostro durante los momentos de reposo. Creo que tu gesto de complacencia debe haber sido como la sonrisa de Narciso al ver su imagen reflejada en el agua.

Los jueces no podían decidirse, nos llamaron varías veces para hacer comparaciones. Doble bíceps, expansión dorsal, otra vez abdominales, tríceps y muslos. Todo se decidió en la rutina individual. Tenía tantos deseos de ganar que creo que eso fue lo que marcó la diferencia e hizo que los jueces me proclamaran vencedor.

Deportivamente te acercaste a felicitarme. Cuando estabamos abrazados y   nuestros cuerpos que habían parecido atraerse y repelerse durante toda la competencia entraron por fin en contacto, pude notar que también tenías una erección. Sonreíste al notar mi erección...lo extraño fue que el resto la gente no pareció darse cuenta.

No dejamos de mirarnos mientras me tomaban fotos y los viejos amigos del gimnasio se acercaban a congratularme. Recordé tus palabras el día que te dije que había decidido alejarme “Nunca serás como yo”. Entonces  comprendí el significado de tu sonrisa. Cuando se busca la perfección física y concentras toda tu energía en esa búsqueda, el cuerpo perfecto se convierte más que en un ideal, se transforma en el objeto de tu deseo y quieres ser el y a la vez poseerlo en  una paradoja que solo puede resolverse amando a  tu reflejo y para ti yo me había convertido justamente en eso... Ya no tuve vergüenza de mis sentimientos porque era claro que tú también los compartías. Y ya no me importaba tampoco lo que ellos pensaran.

Cuando terminó todo, te acercaste de nuevo y nos fuimos juntos a tu casa ( ¿o fue a la mía?). Una vez allí en la habitación - gimnasio, frente a  las paredes cubiertas de espejos me demostraste que valió la pena haber esperado para estar contigo.

Todos dicen que cada día me parezco más a ti, incluso en el rostro y los ademanes, la mayoría de veces nos confunden, hasta nos llaman por el mismo nombre (¿el tuyo, o el mío?)... Es posible que tengan razón al confundirnos. Hay momentos en que yo mismo no estoy seguro de quién soy.  ¿Sabes? he llegado a pensar que es posible que todo esto no haya sido más que un sueño, que nunca haya sido otra cosa  que tu reflejo en el espejo o ... que tu no seas nada más que el reflejo de mis propios deseos sobre las brillantes superficies  de cristal que me rodean.

viernes, 18 de julio de 2014

Ha Hawnu Ìlä Pamtseo

 

Bitácora del Capitán
Fecha espacial. 3535, día nueve. 07:00 hora internacional terrestre. Enterprise NCC 9504 C.
Estamos en orbita de un planeta clase M habitado por una civilización que se encuentra en el equivalente terrestre a la Edad Media. Nuestra misión es tratar de impedir que una tormenta en la estrella principal de su sistema estelar destruya el planeta y todo signo de vida en el.
Nuestros científicos piensan que podremos crear una barrera deflectora en torno al planeta para evitar que la lengua de fuego estelar lo destruya. Varios equipos de la nave trabajan en este momento para que la barrera esté lista a tiempo.

Bitácora del Capitán
Fecha espacial. 3536, día diez. 07:30  hora internacional terrestre.
Enterprise NCC 9504 C.
Los equipos trabajan en tres turnos pero no tenemos la seguridad de que el escudo protector este listo ni de que funcione como esperamos.
He enviado una misión al planeta para recolectar muestras de arte y documentar la existencia de la civilización en peligro.

Bitácora del Encargado de la Misión 897-DC
Fecha espacial. 3536, día diez. 19:30  hora internacional terrestre.
Aterrizamos en el planeta hace 12 horas, cerca de lo que parece ser su asentamiento urbano principal.  A pesar de que cuando este planeta fue identificado se detectaron flujos electromagnéticos que parecían indicar el uso de tecnología electrónica, lo que hemos podido observar  me hace pensar que la evolución de esta civilización se detuvo inexplicablemente hace miles de años.  Seguimos detectando un espectro  electrónico pero debe ser de origen natural, quizás algún depósito mineral.
Según nuestros instrumentos los edificios mas recientes fueron construidos hace 6,700 años. Su tecnología es muy básica: funden metales pero los usan muy poco, por lo que hemos visto, sólo para construir arados. No hemos podido detectar armas. Mañana exploraremos otros asentamientos urbanos en busca de bibliotecas u otras expresiones de cultura material que deberíamos preservar, en caso de que la barrera deflectora falle.
 
Bitácora del Encargado de la Misión 897-DC

Fecha espacial. 3537, día uno. 19:35  hora internacional terrestre.
Hemos explorado otros asentamientos urbanos y no encontramos nada que nos haya parecido una obra de arte o alguno artefacto particularmente digno de ser preservado. Es la civilización más elemental que he visto. Solo tiene los artefactos básicos. Pasan sus vidas cultivando o produciendo lo justo para sobrevivir.
El especialista antropólogo se muestra sorprendido de que no hayamos podido identificar templos, escuelas ni edificios de gobierno. Es como si cada ser en este planeta tuviera inscrito en su código genético lo que hará mientras viva.  En realidad creo que si fallamos y la llamarada solar los destruye, ellos no se darán ni cuenta.

Bitácora del Capitán

Fecha espacial. 3539, día dos. 07:34  hora internacional terrestre.
Enterprise NCC 9504 C.
Todo parece indicar que la barrera deflectora estará lista para someterla a pruebas preliminares mañana. Confió en que la barrera funcione bien. Los informes que envía la misión 897-DC indican que vamos a salvar una civilización congelada en el tiempo que no tiene visos de alcanzar un mayor desarrollo.
De cualquier forma hemos hecho una colección de artefactos de uso en el planeta y hemos fotografiado algunas pinturas murales, que parecen ser una especie de registro histórico de la civilización de C-543-M4, aunque representan de manera clara sólo escenas de la vida cotidiana.  Encontramos también una especie de instrumento musical, algo así como una cítara. No hemos observado sin embargo, cuando ni cómo la usan.

Bitácora del Encargado de la Misión 897-DC
Fecha espacial. 3540, día uno. 19:35  hora internacional terrestre.
Hoy fotografiamos mas murales observamos que cerca de ellos hay siempre varios de los artefactos que hemos identificado como instrumentos musicales. Los astro-lingüistas han detectado una serie de signos que  se repiten en los murales junto a un trazo rojo en el cielo. Piensan que podrían ser palabras ya que se ha observado que al pasar frente a los murales la gente repite una letanía que ha sido transcrita como "Ha Hawnu Ìlä Pamtseo"(*) y mira hacia el cielo.

Comunicación Espacial
Destinatario: Comando de Starfleet.
Fecha espacial. 3540, día tres. 23:15  hora internacional terrestre.
Enviado por: Capitán Enterprise NCC 9504 C.
Las pruebas del escudo deflector lamentablemente fallaron. No hay posibilidad alguna de evitar la llamarada solar que arrasará el planeta M-543-C4 en 36 horas. No creo posible tampoco organizar una evacuación.  Aunque suene cruel, quizás esta es la forma en que la civilización desarrollada en  C-543-M4 debía llegar a su fin. En el planeta nadie se dará cuenta, ya que carecen de la tecnología para poder haber previsto este evento.
Nos alejaremos del sistema solar C-543 en 12 horas, cuando regrese la misión que enviamos allí.

Bitácora del Capitán
Fecha espacial. 3542, día cuatro. 08:34  hora internacional terrestre.
Enterprise NCC 9504 C.
Acabamos de observar la llamarada lanzada por la estrella del sistema C-543. Todos los planetas del sistema son ahora sólo trozos de roca calcinada. Extrañamente las lecturas indican que hubo un inesperado aumento de flujo electromagnétio en el planeta en ese momento y que  C-543-M4 no fue destruido.

(*) Ha Hawnu Ìlä Pamtseo =  Entonces proteger con música (traducción basada en raíces comunes a otras lenguas del cuadrante estelar)

CREER


Concéntrate, debes concentrarte. TIENES que concentrarte.
NO, No desvíes la mirada del libro. Repite una y otra vez el versículo. Repítelo!
Sabes bien que si no crees no podrás lograrlo. Sabes bien  que si no crees, nunca entrarás al Paraíso.
-    ¿Paraíso? Pero, ¿qué hay para mí en el Paraíso?
Deja las dudas, la perfección no es para los sabios, ni para os filósofos, la perfección es para los CREYENTES.
-    Si, para los creyentes.
Cree.
-    Creo.
“el amor de las mujeres es abominable a los ojos de Dios. Sólo el amor de un hombre puede hacer a un hombre digno dela perfección y abrirle las puertas al Paraíso”
-    Si Dios abomina a las mujeres ¿por qué las creó? ¿para qué las creó? No entiendo.
Nada tienes que entender. Tú lo sabes, sabes que el Señor envía pruebas a los que ama. Por eso te hizo sentir ese estremecimiento al ver los cabellos de Katrina caer sobre su pecho turgente y suave. Por eso le hablaste y por eso la tocaste y no pudiste evitar besarla al ver como se sonrojaba cuando pasabas tu mano sobre su brazo, tan blanco y delicado.
“el amor de las mujeres es abominable a los ojos de Dios. Sólo el amor de un hombre puede hacer a un hombre digno dela perfección y abrirle las puertas al Paraíso”
Lee. Lee y repite hasta que no tengas duda. Cree, porque si no crees el destino de tu alma  será arder en el infierno, luego que tú y Katrina perezcan lapidados  por haber cometido el horrendo pecado de desafiar la voluntad de Dios.
No te resistas. Sabes que para mí no hay secretos. Somos uno. Convéncete: NO HAY ESPERANZA, NO HAY LA MENOR ESPERANZA para ella y para ti.
El calor que sentías en tu pecho cuando ella te miraba, el sonido cristalino de su voz que te recordaba el fluir de un manantial entre las rocas, su delicado perfume de violetas…DEBES OLVIDARLO. DEBES OLVIDARLO TODO o no pasarás la prueba.
Si fallas, te habrás condenado. La habrás condenado
Y a pesar de todo te resistes…tu corazón pretende dominar a tu mente.
Si, mejor duerme, duerme y recupera fuerzas. Cuando el sol salga tendrás que demostrar tu entrega al Señor y tendrás que hacerlo con alegría.
Duerme, cerremos los ojos.
(……….)
Es imposible que nada te importe! Es imposible que prefieras la muerte!.
¿Por qué, por qué quieres callarme?
No, No vas a callarme.
“el amor de las mujeres es abominable a los ojos de Dios. Sólo el amor de un hombre puede hacer a un hombre digno dela perfección y abrirle las puertas al Paraíso”
RECUERDALO!
Perderás tu alma, te condenarás ternemente por una noche de placer.
La buscas...a pesar de lo que digo.
Te deslizas en su alcoba y en su lecho y no puedo detenerte.
Parece que no me escuchas, parece que ya no oyes mi voz.
(……….)
Tenías razón. Unas horas en sus brazos valen la eternidad entre leones que pastan rodeados de corderos, el sabor de sus labios es mejor que el de los ríos de ambrosía y las fuentes rebosantes de miel de la Arcadia celeste.
Tenías razón. Si por esto hemos perdido el Paraíso, si por esto hemos caído de la gracia de Dios…que así sea.

viernes, 9 de agosto de 2013

EL TREN DE MEDIANOCHE


Paseo de un lado al otro de la estación. Tengo frio. Miro  el tablero que dice que el tren debe llegar en 7 minutos. Reviso en mis bolsillos y sólo encuentro lo que ya sabía que estaba allí: el boleto del tren y unas cuantas monedas; las  cuento con la esperanza de que entre todas alcancen para un café.

El primer sorbo caliente del líquido que llena el vaso de cartón me reanima. Miro nuevamente el panel. Dos minutos. El sonido inconfundible del tren acercándose   hace que la gente que esperaba adormilada en los asientos se ponga en movimiento. Yo también. Termino el último sorbo de café justo en el momento en que se abren las puertas del tren y algunas personas descienden. Dejo el vaso en el tacho. Agarro mi mochila y  me trepo al tren.

Avanzo por el vagón buscando mi asiento. Allí está. Hummm…hay un hombre sentado a mi lado…espero que se duerma pronto y no tenga ganas de hablar. Me acomodo en el asiento, abrazando mi mochila para que me proteja del frio. Me bajo la gorra hasta casi cubrirme las orejas y los ojos.

El tren se pone en movimiento. El tren de medianoche, cuando salga el sol habré dejado atrás este pequeño pueblo y el eco de las palabras que  hicieron mi vida un pequeño infierno. Nunca debí decir que lo amaba, ¿cómo se me ocurre? Un chico “normal” no se enamora de un actor de televisión…ni llena las paredes  de su cuarto con afiches de una serie de televisión en la que el actúa.  NO. Nunca. Y, por supuesto, un chico “normal” no llora al oír la noticia de su muerte. Si, lo hice todo mal…quizás en la ciudad las cosas serán distintas, quizás allá nadie cuestionará  la música que me gusta, la ropa que uso…ni que me gusten los chicos.

Y, sin embargo no me arrepiento. Si no hubiera sido por él no hubiera podido resistir ser diferente y vivir negando mis sentimientos. Una vez por semana  durante 22  semanas los últimos 4 años  él fue mi amor platónico, mi hermano, mi amigo…mi novio. Imaginaba que un día le daría la mano y le diría lo mucho que lo admiro y lo mucho que me ayudó sin saberlo. Tenía derecho a llorar al oír la noticia de su muerte.

El extraño a mi lado me mira…o  eso creo. Tiene una sonrisa  que inspira confianza  y una mirada cálida… o…¿es mi imaginación?

Las horas pasan…duermo por ratos…a veces me imagino que uno de los pasajeros es él y que de pronto empezará a cantar  y me dirá que no soy un perdedor, que soy maravilloso, así tal como soy y que  yo cantaré  también y que contestaré que sí, que no voy a dejar de creer y que vamos a vivir juntos mil aventuras, mientras somos jóvenes… Y entonces, la música se detiene en seco y vuelvo a   la realidad del vagón en semi-penumbra, del el eco de los ronquidos y el sonido rítmico de las ruedas sobre los rieles.

Y siento miedo. El extraño está dormido. ¿Qué pasará mañana cuando llegue a la ciudad?  ¿Bajaré en la estación y sonará la música y cantaré en Times  Square y bailaré por la Quinta Avenida?  O, sólo no sabré adonde ir y me sentaré a llorar en un parque sintiendo hambre y frio?

Por la ventana veo como el negro de la noche pierde intensidad, como el brillo delas luces lejanas crece y como del mar emerge una ballena erizada de acero y cristal. Y en el sol se disipa poco a poco la niebla y el vagón se llena de movimiento. La gente guarda sus cobijas, toma sus maletas.  El extraño también.

El tren se detiene. Ha concluido el viaje del tren de la medianoche.

Recorro la estación buscando una puerta...cualquier puerta. Cientos de personas en el salón caminan como si tuvieran que llegar a algún lugar… ¿cualquier lugar? En verdad no sé a dónde ir. Miro la puerta y el bulevar lleno de extraños...un mundo bullicioso que crece ante mis ojos.

“¿Alguien te espera? , ¿Tienes a dónde ir?”. El extraño que bajó a mi lado me hace esas preguntas y yo respondo moviendo la cabeza: NO.

“Te puedo ayudar. Parece que es la primera vez que vienes a la ciudad. Eres además muy joven…”. Tengo más de 18…

“Bueno, si quieres te puedo llevar a un lugar  donde puedes quedarte  mientras consigues trabajo”. Está bien.

Ni Times Square, ni la Quinta Avenida están cerca… ¿estarán acaso en otra ciudad? No hay música pero si mucho ruido…palabras que no entiendo, bocinas… Caminamos algunas cuadras. El extraño me hace preguntas.  A estas alturas al menos debía decirme su nombre. Se lo pregunto y el responde. Es un nombre como cualquier otro...no me dice nada.

La luz ha borrado las sombras del bulevar y también de las calles por las que avanzamos...calles que se parecen unas a otras, calles que que parecen ir a ningun lado.

Quisiera que la música empezara a sonar. ¿Cuándo  será hora  de empezar a cantar y a bailar? ¿Cuándo es que todo va a girar en un travelling circular para mostrar que he llegado a conquistar la ciudad?

Un edificio antiguo, un mostrador apolillado, unas llaves con un gran trozo de plástico atado a ellas con un cordel. Sigo al extraño, sin decir nada...No quiero mirar atrás.


Tengo tanto sueño.
Las horas son todas iguales.
Tengo tanta sed.
Pero no tengo ganas de levantarme.
Los dias son todos iguales.
…quizás lo haga mañana.
…quizás cuando salga el sol.
o… cuando vuelva el extraño, que ya no es extraño ¿cómo podría serlo?
Si pudiera recordar ahora una canción, una que me anime.
Si pudiera recordar su rostro y sentir que me habla y me dice que nada fue real, que todavía soy sólo un chico de pueblo que espera hacer realidad sus sueños de adolescente.
Si solo pudiera escucharlo decir que nunca tomé aquel tren.

CON LA LICENCIA DEBIDA



Lo  primero  que hizo fue revisar el sello y la firma. Eran los correctos. Volvió a leer para asegurarse que lo había comprendido, que no había leído mal…
OFICIO CIRCULAR NO 19370-MM

Adecuando el sistema administrativo interno del Ministerio a lo dispuesto por el Decreto Supremo 7659870, se ha  dispuesto  que, a partir de la fecha, todos los empleados del ministerio deban pedir permiso a sus superiores con 3 días de anticipación en los siguientes casos, sin excepción:
Inasistencia a sus labores por cualquier motivo, incluso por  enfermedad o muerte.
El incumplimiento de lo dispuesto acarreará las sanciones administrativas del caso.

La fecha era del día de ayer.
¿Pedir licencia previa por muerte? se preguntó. Debe haber un error. Lo mejor era consultar con su jefe. Quizás la daría una felicitación por haber encontrado un error que de inmediato se corregirá mediante u oficio circular de errata. Quizás algún torpe mecanografió mal el oficio.

Ordenó los apeles sobre su escritorio, se levantó de su silla y se dirigió a la oficina del jefe, ubicada a unos metros a la izquierda por el pasillo. Desde el fondo un retrato del soberano parecía observarlo. De hecho para eso estaba allí, como en todas y cada una de las muchas dependencias burocráticas del Estado, para recordarles que el Soberano estaba allí, había estado y seguiría estando desde siempre.

Tocó y el vidrio de la puerta vibró fuerte, como si fuera a caerse. Es obvio que necesitaba que la reparen, pensó. Como seguro el jefe no había tenido tiempo de hacerlo, el mismo notificaría más tarde al departamento de mantenimiento para que emita una resolución y dispongan que se envíe un conserje a reparar la puerta.
¡Pase!
Entró y explicó el error que había detectado en el oficio circular repartido esa misma mañana. El jefe lo miró de arriba abajo y le espetó:
¿Es que acaso no ha leído Ud., el decreto supremo 7659870? Fue publicado hace 6 días en la Gaceta Oficial. El oficio está correcto. No hay nada que enmendar.
Sin más que decir, se dio la vuelta y se fue de regreso a su oficina. ¿Pedir licencia previa por muerte?, se preguntaba ¿cómo puede hacerse eso. Es imposible.

Ya en su escritorio se puso a buscar los números pasados de la Gaceta Oficial que estaban arrumados  sin haber sido abiertos en un cajón. Que mal. Nunca ates se le había pasado leer un decreto importante. Quizás si leía el reglamento podría entender de qué se trataba eso de la licencia previa en caso de muerte.
Finalmente encontró el decreto.
Decreto Supremo 7659870
Considerando:
-          Que el ejemplo del soberano debe inspirar al pueblo y es necesario adecuar la administración del reino a lo establecido en la Bula Imperial 34091
-          La necesidad impostergable de poner orden en la administración del reino para que los puestos  en las oficinas públicas no se encuentren nunca sin su titular.
-          La necesidad de centralizar la información respecto adonde están y que hacen los funcionarios públicos en todo momento.
Se dispone:
-          Establecer un sistema de registro de los actos de los funcionarios públicos.
-          Todos los funcionarios públicos estarán obligados a solicitar licencia previa en caso deban ausentarse de sus puestos por cualquier razón, enfermedad o muerte.

Regístrese, comuníquese y publíquese.


El Decreto no daba una verdadera razón para lo de la licencia. Tal y como suele suceder en las leyes una norma remite a otra y esta a su vez a otra…. ¿La Bula Imperial 34091? Habrá que buscarla, se dijo. No podía entender cómo es que alguien debía o de alguna manera podía, pedir licencia previa para morir.

Las bulas imperiales no se publican en la Gaceta Oficial, tendría que ir a buscarla en el Archivo Real. Pasó el resto del día haciendo su trabajo, poniendo sellos, firmando muchísimos documentos, la mayoría informes provenientes de todas las provincias del reino en los que se daba cuenta del uso de lapiceros, se solicitaba que se reparen goteras o sillas, se pedía licencia para tener un hijo…
Si lo pensaba bien, en la administración pública se solicitaba licencia  y se informaba de todo lo que se hacía. El mismo, al terminar el día, haría un informe sobre la cantidad de expedientes tramitados y solicitaría licencia para abandonar el ministerio e ir a su casa. El oficio circular otorgando a todos los empleados que lo habían solicitado licencia para salir, era entregado a las 6.00 PM. Si alguien había olvidado hacerlo, tendría que quedarse en el ministerio hasta el otro día ya que las puertas se sellarían a las  6:15.
Sin embargo, ¿licencia para morir?...sonaba excesivo.

A las 6:45 llegó frente al Archivo Real. Un enorme edifico de piedra gris, sin ventanas y solo decorado por unas gárgolas que asomaban sus monstruosas caras bajo el tejado azul oscuro. Entró subiendo unas escaleras angostas que daban acceso a una puerta estrecha. Solicitó permiso para ingresar y revisar documentos. Le dijeron que hiciera una solicitud y regresara al día siguiente. Eso hizo.

En casa le esperaban su esposa y su hijo. Era lunes  así que comerían pollo con guisantes. Lo sabía porque el mismo llenó el informe de lo que cenarían durante la semana y lo dejó de camino al ministerio esa mañana.
Al entrar, el gran retrato del soberano volvió a mirarlo. Le pareció notar algo distinto en la imagen a pesar que sabía que era sólo una copia de las millones de copias que se distribuían cada año y debían colocarse, so pena de multa, en todas las habitaciones de todas las casas de todo el reino.
Cenó. Ayudó a su mujer a secar los platos y luego leyó a su hijo un cuento sobre cuando el soberano conoció a la que fue su esposa en una pequeña aldea en las montañas. La reina había muerto hace años pero no se lo dijo al niño. Ya se enteraría en el momento debido.

Al día siguiente volvió al trabajo. Tenía tantas ansias que fueran las 6:00 que apenas entró, a las 9:05, llenó su solicitud para obtener licencia de salir.

Esta vez llegó a  las 6:35 al Archivo. Había corrido todo el camino. Lo dejaron entrar y solicitó el volumen con las bulas imperiales del último año. Había solo 3. Buscó la que le interesaba.
Leyó el texto una y otra vez. Las palabras que leyó lo dejaron como hipnotizado. A las 7:25 salió del edificio del archivo.
Caminó por la acera y cruzó la calle en la esquina de la plaza.
 No notó que el tranvía doblaba la esquina.
Se oyó un chirrido metálico, luego un golpe.
Lo último que pensó fue en cuáles serian “las sanciones administrativas del caso” por haber muerto sin pedir licencia.

viernes, 11 de mayo de 2012

El crepúsculo en Hyrule

Era ya muy tarde, la Pc hacía rato estaba en stand-by. Sólo la pequeña luz verde oscilante iluminaba la habitación. Muchas botellas, blísteres vacíos de pastillas y jeringas descartadas yacían dispersos por el suelo…como cada noche, como todos los días.
Me acerqué, cerré el juego y apagué la computadora. Luego, recogí la basura…
Estabas allí dormido sobre el sillón, recostado sobre uno de los brazos, abrazado de un cojín. El sueño te llegó de golpe, tras horas de insomnio y no tuviste fuerzas para llegar hasta la cama...
Me acerqué a ti y estuve un rato mirándote. Tu respiración era irregular, entrecortada. A pesar de la penumbra note tus ojeras y lo pálido que estabas. Te veías tan frágil, era casi imposible creer que tuvieras 22 años. Mas parecías un anciano o un niño que ha pasado muchos días enfermo.
La oscuridad crecía día a día dentro de ti, alimentándose de tu sangre, de tu vida…de la que debía ser “nuestra” vida, llevándonos hacia el ocaso, un ocaso sin promesa de luz renacida.
Puse mis manos en tus hombros para levantarte pero de pronto estaban rodeando tu cuello. Tus labios volvieron a dibujar esa sonrisa infantil, esa sonrisa rara, ligeramente torcida por la que me enamoré de ti. Sin duda esperabas que te llevara a la cama… como lo hago cada noche, todos los días.
Sólo apretar un poco más, quizás dar un breve y violento giro y todo habría terminado, por fin. Seguro me lo agradecerías.
Mientras mis manos apretaban, volví a escucharte reír, volví a verte llorar, volviste a poner tu cabeza en mi pecho y quedarte dormido.
A mi mente regresaron esas inolvidables horas buscando video juegos y esas noches enteras que pasábamos siendo héroes del tiempo y del viento… mientas comíamos pizza y reíamos.
Pensamos que la vida podría ser como un juego, creímos que si estábamos juntos viviríamos mil aventuras y seriamos poderosos e invencibles. Tu yo juntos teníamos la espada maestra. Nada podría detenernos.
Lástima que no fue así. A veces los malos ganan.
Tú buscaste consuelo en el  vino, luego en el vodka, y ese poco de marihuana que nos hacía reír y olvidar los problemas pronto fue demasiado poco…
Yo seguí allí, porque no sabia donde más ir.
Y a mi mente volvieron las peleas, la violencia, los gritos... una espiral ascendente intercalada de disculpas y ofrecimientos de cambio que se repetía cada noche, todos los días. Y los meses viviendo juntos ya parecían años. Ya no hubo risa.
Y mis manos apretaban…y tú seguías dormido.
Una ligera agitación, un movimiento de tus brazos.
Tus ojos se abrieron, me miraron y al fondo de ellos todavía había luz, esa luz que aun parece poder derrotar las tinieblas.
Me miraste, como me miraste aquella madrugada en que me pediste que viviéramos juntos. 
Y soplamos  la ocarina.
Y volví a tener esperanzas.
 Quizás esta vez si.
Quizás esta vez tu y yo juntos podremos evitar que llegue el crepúsculo a Hyrule.

viernes, 6 de abril de 2012

Lo que mas extraño

Hoy me desperté pensando en ti, en como te extraño. Miré tu lado de la cama, miré ese espacio en el ropero. Por un momento hasta senti tu olor.
Encendí la tele para distrerme, para ya no pensar y poder tomar fuerzas para empezar el dia.
Te pido perdón pero  hoy Beto Ortíz se parecía ti. Que miedo.
Bajé y me preparé café y, sin darme cuenta cogí dos tazas y las puse en la mesa.
Qué esta pasando?
Por qué te recuerdo ahora?
Por qué, después de tanto tiempo?
En realidad pienso que conozco la respuesta. Tu recuerdo me asalta cada vez que alguien llega a mi vida con posibilidades de ocupar ese lugar que nunca dejara de ser tuyo.
Y sabes, sé que hoy lo veré. Y haces, hago que tu presencia se imponga en el recuerdo. Hoy estás aquí no tengo duda...

Fuiste mi amor primero, el mas gande, el único?. Si no hubieras muerto, si no hubieras quedado suspendido en el tiempo, por siempre joven, por siempre buno, sin posibilidad de defraudarme...quizás ya te habría olvidado.

Y te extraño, si, pero me he dado cuenta que lo que más extraño es quien era yo cuando tu estabas aquí.